El oficio del orfebre, en su esencia y carácter, fue uno de los primeros en nacer tan pronto se formaron sobre la tierra los primeros grupos sociales. Al despertarse en el hombre el gusto por el adorno, inherente a la condición humana, nació el orfebre.
El impulso creador que tiende a elaborar formas de expresión - objetos sin obvia utilidad práctica - surgió en un pasado remotísimo, tal vez coincidiendo casi con la aparición de la especie humana.

Los primeros indicios de metalurgia en Europa proceden del área de los Balcanes, a mediados del V milenio a.C. y son de origen autóctono.